«Crece de lo impuro, brota limpia del fango y se mantiene bella, a pesar de la incertidumbre que le rodea»
Los nenúfares, emergiendo con gracia desde aguas tranquilas, simbolizan la pureza, la renovación y la iluminación espiritual. Su crecimiento, desde el lodo oscuro hacia la luz, representa el viaje del alma hacia la claridad y la transformación personal. En muchas culturas, como la egipcia y la budista, los nenúfares también son vistos como símbolos de vida eterna, resurrección y el despertar de la conciencia. Su belleza flotante en la superficie, a pesar de sus raíces en el barro, sugiere la capacidad de superar dificultades y florecer en armonía.
Existen tres nenúfares que pueden resaltar por su simbolismo: