El nenúfar blanco simboliza la pureza, la paz y la iluminación espiritual. Debido a su capacidad para florecer impecablemente sobre el agua, a pesar de crecer en aguas fangosas, representa el triunfo de la pureza sobre la oscuridad o las dificultades. En muchas culturas, el nenúfar blanco es visto como un símbolo de claridad mental, inocencia y transformación interior. También está asociado con el despertar espiritual y la conexión con lo divino, ya que su apertura hacia la luz del sol refleja el crecimiento espiritual y la búsqueda de la verdad.